sábado, 25 de junio de 2011

                                                  

                                                “LA MOLE DE CEMENTO “


Esto va dedicado, a todas aquellas personas, que con su sonrisa, y su mano sosteniendo la del enfermo, ayudan a soportar tantas miserias.


El otro día, mire hacia lo lejos, desde un piso bastante alto, y desde ahí, divise, la gran mole de cemento, que es el Hospital Posadas.

En ese momento, pensé…cuanta gente, ahí adentro, estaría sufriendo, llorando, esperando una palabra que los tranquilice…

 También pensé, en los que estarían llorando de alegría, ante la llegada al mundo, de los que suplantarían a los que se estaban yendo.

Mientras unas vidas se apagaban, otras se estarían asomando a la luz.

En ese mundo, se desarrollan, miles de historias.

Padres, madres, algún hijo que se va…y también algún otro que esta llegando…

Que tristeza me causa, mirar ese gigante. Que parece albergar a una cantidad tan importante de seres, anónimos para los que pasan, rumbo a sus hogares, y para los que como yo, miran a lo lejos desde su lugar.
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Me toco, vivir esa experiencia… de ser parte de los que esperan con angustia. Lo pude palpar, en todo mi entorno. Entorno, circunstancial, que seguramente, no volveré a ver jamás.

 Son pasajeros transitorios.
Se va uno, llega otro, y así van transitando, los fugaces habitantes de ese mundo.

 Permanentemente.

En ese lugar, como en tantos otros similares, se solidariza cada uno con el que esta a su lado, sin saber quien es quien y sin distinción de credos ni razas.

Son todos iguales por la misma razón. Todos luchan valientemente, al enfrentar a la muerte. Para algunos, la batalla es más ardua que para otros, pero batalla al fin.

                                                                            T. GÓMEZ

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