ROCIO (YO: LA NIÑA)
Yo, seria el último personaje aparecido en esta historia. Anteriores a mi, hubo otros muchos.
Todo lo supe, por narraciones de ella y de el, pero nunca, como la volví a repasar, muchísimos años después
Ellos ya no vivían…
Esta vez, pude ratificar la historia, por medio de la lectura. Solo quedaba eso, como testimonio.
El murió primero…ella lo lloro muchos años, y le toco vivir muchos mas…
Un día, estando revisando cajones, haciendo espacio para guardar otras cosas, encontré una libretita negra donde Román (mi padre), relataba día por día, lo que iba transcurriendo, desde aquel, en el que partió del puerto de Barcelona.
Fue emocionante para mi, ir reviviendo paso a paso, todos los caminados por mi padre,
Y cerca de el, mi madre. Cuando aun no sabían, ni podían imaginar, que sus vidas estarían unidas hasta la muerte.
Yo llegue a la vida, sin pedir permiso, sin pensarlo, sin desearlo, pero me aferre tanto, que nadie pudo deshacerse de mí. Los obligue a todos, a que me dejaran entrar en ese hogar, formar parte de esa familia, que también era la mía. Familia en la que solo existían tres personas. Se agregaría una cuarta: YO: (ROCIO)
Les iba a resultar muy difícil, manejarme. Primero, porque era algo delicada de salud, y después, muchísimos años después de mi llegada a ese hogar, porque ellos pasarían a ser mis hijos. (Figurativamente hablando).
Como por encanto, la débil salud, se transformo en todo fuerza. Fuerza que les sirviera a ellos. Román y Maria, (mis padres)…
Crecí, como pude. Muy cuidada por los dos…y así fui creciendo, hasta convertirme en una mujer, que seria, la que los acompañaría en sus últimos días.
Herede un hermano, (Alfonso). ( Alfonsito )
Posiblemente, por haber sido el primogénito, por ser hijo del gran amor y de la pasión, fue el más querido. Yo llegue, para anular su protagonismo…y lo logre, sin necesidad de pedirlo. Me lo gane. Se lo robe a Alfonso ( Alfoncito ). Nunca me perdono, haber irrumpido en su vida, y haberle robado el lugar exclusivo de el. Invadí ese hogar.
Según mis padres, también lo llene de alegría.
Maria, mi madre, me repetía, en muchas ocasiones…no fui buena…fui una cualquiera...
Pero yo no entendía, no me daba cuenta que era lo que quería decirme.
Pasaron los años, ya el no estaba. Y ella cada día necesitaba más de mí.
Fue envejeciendo, y en algunos momentos, tenia crisis con desvaríos…y ahí era cuando volvía a repetir…fui una cualquiera…fui cualquier cosa…una mala mujer…una mala madre…
Nunca me dijo por que. Al poco tiempo, murió. Se llevo a la tumba, lo que me quería decir.
Leí y releí, mil veces esa libretita negra
Por deducción, me di cuenta, el por que mi madre, repetía aquellas frases..
El casamiento apurado, la llegada de ese hijo, le hicieron creer a ella, que no era buena mujer…y esa culpa, esa falta, la acompaño hasta su muerte.
Después supe, por ALFONSO,( Alfonsito ), que además de eso, arrastraba otra culpa! Mucho más significativa. No tenía atenuantes. El era chico, pero lo recordaba…e inconscientemente, nunca se lo perdono.
En una época, Román (mi padre), se fue de su lado, por un tiempo.
(Todo ese episodio, fue narrado ya por mi padre).
Su vida se torno difícil. Hizo de todo para salir sola, adelante. El no la había abandonado…pero no estaba a su lado…
La duda de su regreso, la invadió. Los apremios de dinero, y la insistencia de Marcela, (su hermana), la obligaron a decidir, darle a su hijo en adopción. Marcela no podía tener hijos y lo criaría con amor.
Una señal de peligro, sin explicación, le llego a mi padre, que sintió, que tenía que regresar rápidamente. Su familia corría peligro ¡!!
Y así fue, como reapareció en escena.
Su regreso, significo una gran alegría para ella. Por suerte, mi padre nunca se entero, de lo que estuvo a punto de hacer. Pero eso quedaría para siempre en su conciencia, y de alguna manera, también en la de Marcela, y la de Alfonso, ( Alfonsito ).
Se notaba que el tenia hacia ella, un resentimiento, pero nunca lo dijo.
Eso fue recién, cuando ya no estaba entre nosotros.
Cuando ya no se podía explicar, lo inexplicable.
Les estaré agradecida eternamente a los dos, por haberme ayudado a criar a mi hija (ANDREA). Solo mi madre, la llego a ver mujer. Mujer, que ya formo su familia… (Pili y Romancito ).